viernes, 9 de abril de 2010

Palabras desnudas deja la sequía


Laura Fernández

No puedo escapar de la sequía de 2010. Afuera es "El Niño" que hace estragos dejando a los campesinos con sus campos desconsolados, amarillentos, como si un fuego devorador e impenitente hubiese arrasado con ellos y desafiara el optimismo legendario que suele acompañarlos en la vida.

Adentro, adentro es esta sequía que impide que mis ideas lleguen a los dedos, que se hagan palabras en el papel. No me fallan las ideas, tampoco los relatos. Es un contexto que devora mi voluntad, me paraliza, una fuerza extraña me arrastra y anula cualquier intento por hacerlas letra escrita. Lo grave es que no tengo una memoria a prueba de olvido ni he encontrado en el mercado el chip o dispositivo que permita almacenar las ideas para cuando el corazón, la mirada, la palabra y la mente se armonicen. Ya fluirán. Otro día hablarán otra vez.

Siento el caos de estos días. Me sacuden. Siento mi desorden de hoy. Y entonces pienso que útil quisiera ser, como los campesinos, como los que siembran con amor, como los que se resisten y nunca se conforman, como los decididos que dan la batalla. Pero tengo pocas certezas y muchas dudas. Mientras prosigue esta sequía insobornable, iré montando en este blog las letras y voces de otros, artículos, crónicas maravillosas de extraordinarios escritores, periodistas y poetas que he ido guardando y son si duda útiles para el pensamiento, el corazón y la inteligencia.

Mañana intentaré la escritura, hoy siento la desnudez de la palabras. Mientras espero el desbloqueo me pierdo en la tarde nublada de la ciudad para seguir durmiendo entre libros y música.

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