Pensando en aquellos maravillosos testimonios de felicidad, tristezas, confidencias que portaban las cartas y postales, encuentro una de Frida Khalo a Diego Rivera, el más grande muralista mexicano. Ellos vivieron unas de más intensas y tormentosas historias de amor, y, en estas pocas líneas escritas a mano se aprecia su urgencia pero también queda atrapada la belleza con su fragilidad sumaria por la duda, la inseguridad que el amor de Diego suponía.
Navegando en la red encuentro una página fascinante: www.lettersofnote.com . Esta web colecciona la correspondencia de personajes famosos y anónimos, entre ellas, cartas de Oscar Wilde, F. Scott Fitzgerald, Albert Einstein, Rainer Maria Rilke, Mozart, Henry Miller, Anais Nim, Bob Dylan y permite asomarse a sus vidas y aquellas épocas. Infortunadamente, para quienes no dominamos el inglés, la web está solo en ese idioma, pero alienta saber que esta misma nostalgia por las cosas que el tiempo se está llevando es compartida por 2 millones de personas, promedio de visitas mensuales recibidas en ese portal, creado por Shaun Usher, un publicista británico, en 2009.
Cuando desaparezcan, si llegase a ocurrir, la última carta escrita a mano y nuestros buzones se llenen solo de publicidad en papel y facturas por cobrar, o el reunirse en torno al fogón para oir los viejos relatos de los padres, nuestro planeta no desaparecerá ni estará en extinción, ni la gente dejará de amarse, pero habrá perdido romanticismo.
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